Los perros que trabajan mano a mano con las cuerpos de seguridad del estado son igual de importantes que sus homólogos humanos. Gracias a ellos se hacen labores de defensa y rastreo, ya sea de drogas, desaparecidos o criminales. Para que un perro llegue a ser perro policía tendrán que someterse a un entrenamiento impartido por profesionales del campo canino.
El entrenamiento tiene varias etapas. La primera etapa comienza cuando aún son cachorros, entre los 8 y 9 meses. Normalmente son perros de tamaño mediano siendo el pastor alemán o el doberman el más utilizado para estos fines ya que son razas ágiles, fuertes y con capacidad de adaptación y aprendizaje. Comienza por un adiestramiento básico de obediencia, es fundamental que el perro acate de inmediato las órdenes que le de su dueño ya sea desde que se siente o que ataque cuando sea requerido. Esta primera fase es fundamental para ver si el animal será capaz de aprender las órdenes. Tras unos meses, cuando el perro tiene entre año y año y medio, el entrenamiento de verdad comienza. Se produce un entrenamiento físico y psicológico en profundidad. Físicamente el animal aprenderá a correr a máxima velocidad, esquivar obstáculos, saltar, utilizar rampas, meterse en sitios angostos, reptar…todo un entrenamiento al más puro estilo Navy Seal para que pueda enfrentarse a cualquier situación. Pero el entrenamiento psicológico es fundamental, con grandes dosis de cariño y que vea su entrenamiento como un juego. Además tiene que ser capaz de obedecer las órdenes que le de su dueño sin despistarse, ya que puede tener que ejercer en casos en los que los estímulos externos sean muy fuertes como peleas o disparos.
Una parte muy importante de su entrenamiento es el ser capaces de atacar e inmovilizar a agresores, sin provocar heridas mortales por lo que se le enseña en qué zonas morder para inmovilizar al sospechoso y que sea el humano el que proceda a su detención.
Una vez terminado su entrenamiento, cada animal es clasificado según sus características. Por ello algunos irán destinados a labores de vigilancia, otros de rastreo o rescate de personas. A pesar de que se les va derivando a una unidad especializada, todos cuentan con el mismo entrenamiento por lo que sabrán reaccionar en cualquier situación.
