Primer delito del asesino en serie Ted Bundy

Ted Bundy fue uno de los mayores asesinos en serie de Estados Unidos de todos los tiempos.

El 4 de enero de 1974, Bundy, a la edad de 27 años, cometió su primer delito aunque, afortunadamente, no llegó a asesinar a su víctima. Bundy entró en la habitación de estudiantes de Sharon Clarke, de 18 años, la forzó sexualmente y la acabó golpeando con una barra de metal que formaba parte de la pata de la cama.

Al día siguiente las compañeras de piso de Clarke bajaron a buscarla y se la encontraron inconsciente y con la cara llena de sangre. Clarke estuvo una semana en coma antes de despertarse pero los golpes en la cabeza le dejaron una lesión cerebral permanente. No pudo aportar ninguna información útil acerca del agresor a la policía.

Casi un mes después atacó a otra estudiante, Lynda ann, de 21 años. Sus restos se encontraron un año más tarde en una montaña cercana. En ese momento, no se estableció ninguna conexión entre las agresiones.

Bundy cautivaba a las jóvenes estudiantes con su ingenio y su apariencia. Se hacía pasar por un joven con un brazo en cabestrillo. Dejaba caer unos libros al suelo y preguntaba a su víctima si le ayudaba a llevarlos a su coche, un Volkswagen aparcado cerca. Es entonces cuando secuestraba a sus víctimas, las violaba, mataba y abandonaba sus cadáveres en el bosque.

Las autoridades reconocieron su culpabilidad en 36 asesinatos aunque se cree que podría ser el causante de la muerte de al menos 100 mujeres. Fue condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica en enero de 1989.