Albert Fish es ejecutado en la Prisión de Sing Sing en Nueva York el 16 de enero de 1936. El ‘Maníaco de la Luna’ fue uno de los asesinos más perturbados de América. Las autoridades creen que Fish mató al menos a 10 niños y se comió sus restos. El criminal fue a la silla eléctrica con gran expectación, diciendo a los guardias: «Será la emoción suprema, la única que no he probado».
Fish fue ejecutado por el asesinato de Grace Budd, de 10 años. En 1928, Fish estranguló a la niña en su cabaña de Westchester County (Nueva York) y la descuartizó con una sierra. 6 años después, escribió una carta a la madre de la niña en la que describía al detalle cómo mató a Budd y preparó un guiso con su carne, que estuvo comiendo durante los siguientes 9 días. La carta fue rastreada hasta dar con el asesino, de 66 años.
Un psiquiatra que examinó a Fish reveló que «no había ninguna perversión que Fish no conociera y practicara frecuentemente». Albert Fish estaba obsesionado con el sadomasoquismo y el canibalismo. Hacía que sus hijos le golpearan con un cepillo, se clavaba astillas debajo de las uñas e introducía agujas de coser en diversas partes de su cuerpo. Se encontraron casi 30 agujas en la zona de su ingle después de confesárselo al psiquiatra. Incluso se comía su propio excremento y se quemaba con la plancha.
Cuando le arrestaron, Fish confesó los asesinatos de otros niños, a quienes aseguraba haberse comido. A pesar de sus condiciones mentales, el jurado le condenó a muerte. Sus últimas declaraciones fueron notas obscenas escritas a mano.
