Israel Keyes

Israel Keyes nació en Richmond (Utah, EE.UU.) en 1978 que se suicidó en 2012 mientras estaba en prisión por violador, ladrón y asesino en serie. A pesar de ser natural de Utah, se mudó con su familia a Colville, Washington, cuando aún era muy pequeño. Tuvo una infancia aparentemente normal dentro del seno de una familia mormona. Con 18 años se alistó en el ejército de los Estados Unidos recibiendo varias condecoraciones.

Su vida era como la de cualquier persona. Tenía una relación estable e hijo además de ser un buen reparador que no dudaba en ayudar a sus vecinos.

 

EL CRIMEN DE SAMANTHA KOENIG

En febrero de 2012 Samantha Koenig de 18 años desaparece mientras trabajaba en pequeña cafetería. En las cámaras de seguridad queda claro que la joven sufrió un asalto y que acto seguido fue llevada fuera del establecimiento. El sospecho era imposible de identificar ya que llevaba la cabeza y cara tapadas sabedor que había cámaras de seguridad. Keyes llevó a Koenig a una casa alejada, maniatada y amordazada. Aún así, puso la música alta para que nadie pudiera oírla gritar mientras él volvía a la cafetería para coger el móvil y la tarjeta de crédito de la joven y borrar cualquier evidencia que pudiera incriminarle.

Tras las conversaciones de la policía con Israel Keyes, pudieron hacer una reconstrucción de todo lo ocurrido. Keyes violó y asesinó a Samantha el primer día, dejándola en la casa. Tras los hechos, se fue durante dos semanas para intentar no levantar sospechas. Cuando volvió al lugar donde se encontraba el cuerpo, Keyes le hizo una fotografía con el periódico de aquel día para hacer creer que seguía viva y poder pedir un rescate. Tuvo éxito y la familia le dio los 30.000€ que pedía pero entonces Keyes cometió varios errores. Fue retirando en varios cajeros y durante semanas cantidades entre los 400 y los 500$ de la cuenta de la joven. Las operaciones se hicieron en diferentes cajeros de Arizona, Nuevo México y Texas lo que le dio a la policía la imagen del sospechoso y además pudieron saber la posible ruta que estaba siguiendo. El 13 de marzo de 2012 Israel Keyes fue interceptado en Lufkin (Texas), por exceso de velocidad. Cuando la policía inspeccionó el vehículo todo apuntaba a que se trataba de sospechoso: billetes enrollados, mapas, máscaras y sobre todo, la tarjeta y el móvil de Samantha Koenig.

 

 

INTERROGATORIOS

Cuando le interrogaron por la desaparición de Samantha, los investigadores quedaron petrificados al ver la forma de contar los hechos de Israel Keyes. Se jactaba de lo que hacía, enorgulleciéndose y en ocasiones hablando de dos personas distintas al mismo tiempo. Cuando los investigadores profundizaron Keyes confesó tener dos personalidades durante más de 14 años, una de vecino amable y hombre de familia y otra diabólica. Israel Keyes confesó hasta doce asesinatos y contó meticulosamente cómo escogía a sus víctimas, qué hacía con ellas, con sus cuerpos y cómo tras ver que la policía era incapaz de pillarle, volvía a empezar con otra víctima. De los 12, ocho pudieron ser confirmados. Los otros cuatro no pudieron confirmarse por falta de pruebas y porque los días que interrogaron a Keyes «no estaba de humor» para contar lo ocurrido, se cerraba en banda y amenazaba con hablar nunca más.

La preparación de cada crimen era meticulosa al detalle. Trazaba las mejores rutas para llegar donde quería aunque eso implicara conducir más de 1000 kilómetros y tras acabar con sus víctimas, volvía a viajar para ir desperdigando las armas utilizadas (a veces las enterraba para usarlas más adelante), restos de sus víctimas, etc.

 

SUICIDIO

A tres meses del juicio por el asesinato de Samantha Koenig, Israel Keyes fue encontrado ahorcado y con las muñecas cortadas en su celda. Esto dejó a los familiares de las víctimas sin las respuestas que necesitaban.