Charles Edmund Cullen

Los años 80 y 90 fueron para los centros hospitalarios de Nueva Jersey (EE.UU.) dos décadas de historiales médicos turbios. La muerte repentina e inexplicable de una gran cantidad de pacientes supuso el inicio de las investigaciones en varios los hospitales del estado. Todo indicaba que había un asesino itinerante vestido de enfermero.

Antecedentes suicidas

Cullen nació en Nueva Jersey el 22 de febrero de 1960 en el seno de una familia obrera. La muerte de su padre, poco después de nacer, y la ausencia de una figura paterna durante su infancia fue el inicio de un trastorno de personalidad que se iría agudizando con el tiempo. Con solo 9 años llevó a cabo su primer intento de suicidio intentando provocarse una sobredosis con las medicinas que encontró en el colegio. La enfermedad mental se desencadenaría completamente con la muerte de su madre, cuando tenía 17 años, con otros 7 intentos de suicidio a partir de entonces.

El enfermero asesino itinerante

Los inicios de vida laboral de Cullen comienzan en la Marina, donde es asignado al cuerpo de submarinos. Durante los 6 años que trabaja como contramaestre comienza a manifestar un comportamiento excéntrico con tintes de desequilibrio o, como por ejemplo disfrazarse de enfermero, preludio del futuro que le aguardaba al abandonar la Marina.

En el año 1988, comienza su nueva carrera laboral y con ella también la criminal. Tras cursar los estudios de enfermería, inicia un peregrinaje por diferentes hospitales de Nueva Jersey, dejando un número aún impreciso de víctimas mortales a las que asesinaba con sobredosis de digoxina.

En 16 años de servicio como enfermero confesó haber asesinado a unas 40 personas, aunque los cálculos de las investigaciones refieren unos 400.

La medicina como arma homicida

Cullen seguía el mismo patrón a la hora de llevar a cabo los asesinatos. Mediante la base de datos del hospital, buscaba la información de pacientes que no le habían sido asignados, se introducía en sus habitaciones y les suministraba dosis mortal de una medicación contraproducente o no prescrita.

Los compañeros del hospital comenzaron a sospechar al verle salir de habitaciones de pacientes que no eran suyos. Algunos de ellos le investigaron, pero Cullen siempre abandonaba el hospital cuando veía que era motivo de sospechas. De este modo trabajó como enfermero en casi una decena de hospitales antes de su detención, entre ellos St. Barnabas, Warren Hospital en Phillisburg, Morristown Memorial Hospital, Liberty Nursing en Allentown, Pensilvania.

Cullen declaró a la policía que quitaba la vida a los pacientes solo para ahorrarles dolor y sufrimiento, sin embargo las investigaciones demostraron que muchas de las víctimas murieron entre grandes dolores a causa de las sobredosis y que otras, solo estaban ingresadas por problemas cardiovasculares. El llamado ángel de la muerte, no parecía consciente de sus contradicciones, incluso llegó a declarar que, aunque pensaba en el sufrimiento de las víctimas, en ocasiones también actuaba “por impulsos”.

Detención y juicio

Charles Edmund Cullen fue arrestado tras la investigación policial el 14 de diciembre de 2003 mientras almorzaba en un restaurante. El detenido propuso colaborar en la investigación si no se le aplicaba la pena de muerte. En marzo de 2006 fue condenado a 11 cadenas perpetuas por atentados contra la salud pública.

A raíz de este caso, Pennsylvania, Nueva Jersey y otros 35 estados adoptaron nuevas leyes que dan inmunidad a los empleadores para dar evaluaciones honestas del desempeño laboral de sus trabajadores Muchas de las leyes posteriores, fortalecen refuerzan las protecciones legales de las instalaciones de atención de la salud que informan de la atención inadecuada de los pacientes y exigen que los profesionales médicos se sometan a chequeo de antecedentes penales.